No supe que pensar cuando te vi, parado en aquel rincón, tan sutilmente hermoso, tan egoístamente suyo. Ella te amaba y creí que yo también.
Tu comenzaste un juego en cual siempre hay un ganador y un perdedor, lo siento por no ser tan valiente como para poder ganar, lo siento por no poder parar mis ganas de jugar. Mientras duro nuestro juego. Fue grandioso, créeme, no me gusto perder. Tu saliste dichoso de esta aventura, mientras yo, yo solo me quede con mi floreciente tristeza y la luna a mi espalda, resplandeciendo en aquel momento tu grandeza.
Yo me rendí no quise insistir, ya era un juego perdido. Un mal juego para mí.
Ella llego a tu vida, quizás eres feliz, lo que no sabes es que la vida también es un juego, hay momentos en los que ganas , y otros en los que pierdes como todo aquello que alguna vez creí que sentí .